sábado, 13 de septiembre de 2008

"El País" y el Cine

Versión original del texto - abreviado por razones de espacio- publicado en la sección "Cartas al Director" del diario "El País" en la edición impresa del día 13 de Septiembre de 2008.


CARTA AL DIRECTOR DE “EL PAIS”



Señor Director:

Una vez más, “El País” da cuenta del desarrollo de uno de los principales festivales cinematográficos desdeñando casi todo lo que en ellos se ofrece de innovador o arriesgado, y propagando la idea de que la mayor parte del llamado “cine de autor” que hoy se hace en el mundo carece de interés. En el caso de la reciente Mostra de Venecia, el cronista de turno, Carlos Boyero, imitándose a sí mismo -tratando de tarados, cursis, snobs, plastas y otras lindezas a cuantos cineastas y críticos puedan discrepar de sus opiniones-, además de reiterarnos día tras día su inmenso hastío, no ha tenido reparo alguno en pregonar su abandono de la proyección de la última película de Abbas Kiarostami. Una anécdota que pone en evidencia que su protagonista no sólo ha renunciado a la crítica, sino que ha faltado a su deber como informador, demostrando su falta de respeto hacia los lectores.

Pero hay más: ya puesto, el cronista advierte a los distribuidores españoles del mal que les acecha si se deciden a importar esta clase de películas, y conminando a los exhibidores a no programarlas. Grave actitud, que se parece mucho a una censura previa, y que, de prosperar, privaría a los espectadores de ver y juzgar por sí mismos. Y no es la primera vez que declaraciones tan ligeras como prepotentes dan al traste con la fragilidad de una obra que merecería haber llegado a las salas comerciales más dignamente que la avalancha de mediocridades que se aplauden. Se trata, sin duda, de un asunto mayor, de estricta política cinematográfica, ante el cual lo esencial no es tanto el punto de vista del redactor como el del Medio al cual representa.

Resulta paradójico que un periódico de referencia, que hace gala de su interés por la cultura, cada vez con una mayor frecuencia excluya de ésta al cine, al que tiende a reducir a mero entretenimiento de masas, pasto de las televisiones. En la difícil situación que en tantos aspectos atraviesa hoy el cine español -particularmente en el de la producción y difusión de las películas más interesantes que se vienen haciendo entre nosotros-, sería justo y necesario, para que sus lectores sepan a qué atenerse, conocer cuál es la verdadera actitud de “El País” a este respecto. Aclarar si –insultos y descalificaciones aparte- su postura coincide básicamente con la que se desprende de los textos de su cronista. Si así fuera, si el acuerdo de una u otra manera existiera, estaría algo más claro cuál es el sentido de su compromiso primero: apoyar de tarde en tarde, a modo de pequeño detalle redentor, algún asomo de diversidad para dedicarse sobre todo a sostener y publicitar la producción cinematográfica más acorde –salvo las excepciones de rigor- con el dictado mayoritario de los ejecutivos de Televisión y los intereses de aquellos productores, distribuidores y exhibidores que determinan el destino de nuestro cine.


290 firmantes:*

Joaquin Abreu González

Enrique Aguilar.

Pedro Aguilera Londaiz.

Oscar Aibar.

Núria Aidelman.

Chantal Akerman.

Ramón Alfonso Cayón.

Francisco Algarín Navarro.

Lisandro Alonso

Antoni Aloy Fiol.

Mercedes Alvarez La Mata.

Marta Andreu Muñoz.

Didac Aparicio Chiprout.

Asier Aranzubia Cob.

Juan Miguel Ariño Navarro

Álvaro Arroba Martínez.

Daniela Aronica.

Adolpho Arrieta.

Chiara Arroyo Cella.

Juan Arteaga Villar.

Manuel Asín Sánchez.

Pablo Azorín Williams.

Carlos Balbuena Rodríguez.

Rafael Baliña Díaz.

Enrique Barberà Peregrina.

José Luis Barrera Calahorro.

Manel Barriere Figueroa.

Beatriz Bartolomé Herrera

Diego Batlle.

Ramón Lluís Bande Guerra.

Isaac Bayón Juan.

Adolfo Bellido López.

Fran Benavente.

Alain Bergala

Xavier Bermúdez.

María Blanco González.

Cecilia Blanco Pascual

Nicole Brenez.

Pablo Bullejos

José Miguel Burgos Mazas.

Miguel Calero.

David Calleja Bravo.

David Campos Gil.

Miguel Ángel Calvo Buttini.

Fernando Canet Centellas.

Begoña Canora de Castro.

Ramón Cañelles López.

Lucía Casani Fraile.

Juan Castillo.

José Luis Castrillón Hermosa.

Aurelio Castro Varela.

Alba Ceres Rodrigo

José Luis Chacón Lafuente.

Meritxell Colell.

Ramón Colom Esmatges.

Jordi Corominas i Julián.

Pedro Costa.

Alfonso Crespo Cuaresma.

Cristóbal Cuenca.

Oscar Alberto Cuervo.

Iván Cuevas Domínguez

Leonardo M. D'Espósito.

Federico de Cárdenas.

Sébastien de Fonseca.

Ernesto del Río Villagrá.

Gonzalo de Lucas Abril.

Irene de Lucas Ramón
Antonia del Rey Regullo

Claire Denis

José María de Orbe Klingenberg.

Gonzalo de Pedro Amatria.

Leopoldo de Trazegnies Granda.

Alejandro Díaz Castaño.

Loïc Díaz Ronda.

Israel Diego Aragón.

Sergi Dies.

Rodrigo Dueñas Collado.

Andrés Duque.

María Isabel Dorante.

José Andrés Dulce San Miguel.

Luis Eguiraun Álvaro.

Alberto Elena Díaz.

Federico Elias Schliserman.

Santi Eraso.

Víctor Erice.

Amat Escalante.

Isabel Escudero.

Núria Esquerra.

Fernando Estela Sendra

Franco Estrubia.

Miguel Ángel Faura Vela.

Juan Falque.

Jorge Fernández García.

Luis Fernández Marcos.

Óscar Fernández Orengo.

Pablo Ferrando García.

Francisco Ferreira

Toni Figueras.

Santiago Fillol

Javier Flores.

David Florez Rodríguez.

Daniel Fortanet Foronda.

Ignasi Franch Zabala.

Fernando Franco García.

Jean-Michel Frodon.

Juan Francisco Gacitua

Santiago Gallego Murillo.

Laura Gamundí Adrover.

Fernando Ganzo Cuesta.

Marcel Garbi.

Iván García Ambruñeiras.

Pablo García Canga.

José Antonio García Juárez.

Cristina García Martínez.

Aurora García Negreira.

Cristina García Prado

Jesús García Rodríguez.

Abel García Roure.

Xavier Garcia-Ruano Orteu.

Jorge García Ugarteche.

Alfredo Garmendia Pangua.

Catherine Gauthier.

Juan Antonio Gómez García.

Mª Jesús Gómez Rodríguez.

Francisco Javier Gómez Tarín.

Xan Gómez Viñas.

Ananu Gonzales-Posada.

Alejandro González Calvo.

Pablo González Roger.

Jesús González Notario.

Jorge David González Saenz.

Gerardo Gormezano.

Silvia Gracia Rebollar.

Moisés Granda Liñero.

Diego Grimaldi Rey.

Ingrid Guardiola.

José Luis Guerin.

Mario Iglesias González.

Fernando Herrero Batalla.

José Antonio Hurtado Álvarez.

Ricardo Íscar.

Stefan Ivancic.

Carmen Jiménez Lirola.

Julia Junaiz Martinez.

Mariam El Kharbachi.

Katia Kirby.

Roger Alan Koza.

Isaki Lacuesta.

Ludovic Lamant

José María Lara Fernandez.

Marta Lima Parra

Michel Lipkes Leduc.

Pascale Legué.

Isaac León Frías.

Manuel J. Lombardo Ortega.

Carolina López Caballero.

José Manuel López Fernández.

David López González.

Alejo Lorén Ros.

Celina López Seco.

Raúl Lorite Morillas.

Carlos Losilla Alcalde.

Francisco Llinás.

Esther Maestro.

Chantal Maillard.

Javier Maqua.

Licio Marcos de Oliveira.

Javier Martín.

Manuel Martín Cuenca.

Miriam Martín Díaz-Aldagalán.

Tatiana Martinelli Loureiro.

Carlos Martín García.

Miguel Marías Franco.

Clara Marías Martínez.

Miriam Martín Díaz-Aldagalán.

Carlos Martín García.

Fermin J. Martínez Galbarra.

Leandro Martínez Joven.

José Luis Martínez Montalbán.

David Martínez Pérez.

Rosa Martínez Rivero.

Javier Martínez Tarín.

Virtudes Martínez Vázquez

Myriam Mayer.

Lola Mayo.

Alicia Mendoza Galindo.

Xavi Menós.

Manuel Merino Sánchez

Juan Antonio Miguel Miguel.

Luis Miñarro Alberó.

Luis Miranda Mendoza.

Mª Isabel Mercadé Navarro

Carlos Molero.

Alberto Morais Foruria.

Juan Ginés Mora Gómez.

Javier Moral Martín

Rafael Morata Cantón.

Eva Muñoz.

Luciano Monteagudo.

Nofre Moyà.

Carlos Muguiro Altuna.

Santiago Navajas Gómez de Aranda.

José Naviera Barbecho.

Jaime Natche Barragán.

Ainhoa Nieto García.

Elena Nito del Bosque.

Wael Noureddine.

Jos Oliver.

Marcos Ortega Miranda

Luis Ospina.

Marcelo Panozzo.

Fernando Payno López.

Miguel Peirotti.

Manuel Peláez.

Jaime Pena Pérez.

Carmen Peña Ardid.

Dácil Pérez de Guzmán.

Francisco Pérez Marsilla.

Antoni Peris i Grao.

Raffaele Pinto.

Ruth Pombo Barreiro.

Vicente Ponce Ferrer.

Juan Pulgar.

María Luisa Pons García.

Ángel Quintana Morraja.

María Laura Quiñones Urquiza.

Aythami Ramos Hernández.

Clément Rauger.

Santiago Reales Ruiz.

Javier Rebollo.

Eugenio Renzi.

Carlos Reviriego Bóveda.

Carlos Reygadas.

David Reznak.

Manuel Ribera Pérez.

Enrique Rivero Huerta

Jesús Rodrigo García.

Alberto Rodríguez Alonso.

Antonio Francisco Rodríguez Esteban.

Aarón Rodríguez Serrano.

Raoul Rodríguez.

Manane Rodríguez.

José Carlos Romaguera Sampol.

Clara Romero Leocadio.

Lola Ruiz Doménech.

Eduardo A. Russo.

Aurelio Angel Sala Corbi.

Lola Salvador

Alicia Salvador.

José Sánchez-Montes.

Sergio Sánchez García.

Faustino Ángel Sánchez García.

Óscar Sánchez López.

Mercedes Saez Rodrigo.

Marta Sánchez Romero.

José Manuel Sande García

Santiago San Miguel.

Antonio Santamarina.

Antonio Santos Aparicio.

Lucas Santos Botana

Mariano Sanz Noguera.

Alicia Saturio Silva.

Carlos Segura Cordero.

Albert Serra Juanola.

Xavi Serra Recio.

Catarina Simão

Lucía Solaz Frasquet

Marta Surada Costa.

Antoine Thirion

José Tito Martínez.

Lorenzo J. Torres Hortelano.

Montse Triola Teixidor.

Ignacio Urigüen Etxeberria.

Daniel Ureña Piñol.

Luisa Encarna Vales Bebo.

Joaquín Vallet Rodrigo.

Alejandro Vázquez San Miguel

Daniel Vázquez Villamediana.

Víctor J. Vázquez.

Jaume Vidal Amengual.

Carmen Vidal Balanzat.

Pablo Vijande Menéndez.

Julio Vilariño Cabezas

Juan Villegas.

Paulino Viota.

Javier Viver Gómez

Diego Yturriaga Navarro.

Mikel Zatarain

Axel Zeppenfeld.

Santos Zunzunegui.



* Se han suprimido sus números de DNI por razones de privacidad. Para adherirse al texto escribir un email a aarroba@gmail.com con el nombre completo y el número de DNI. Se han habilitado los comentarios a esta entrada de blog.


29 comentarios:

Mary White dijo...

Me sumo a esta iniciativa, aunque sea tarde. Un abrazo.

María Blanco
http://marygodiva.blogspot.com

Emurion dijo...

Así como me parece bien la iniciativa de reclamar más atención para el cine de autor en un medio como El País, y así como admiro y sigo de cerca a varios de los nombres de esa lista, la forma y el texto utilizados me resultan algo patéticos.
¿Era necesario meterse con la libertad para escribir y decir lo que piensa que tiene ese cronista?
Alguien que no siente un tipo de cine no tiene por qué defenderlo, ni sentir una responsabilidad de de proteger la industria de ese cine, español o no. Ha escrito lo que ha querido, que por eso y para eso le han contratado.
Sencillamente creo que deberían haber limitado la queja al medio que representa el cronista, como ustedes mismos admiten que debe ser, y así finalmente lo hacen en la segunda mitad del texto.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Estimado Emurion:
Me sorprende mucho que hayas considerado que en algún momento de la carta se haya pretendido acotar la libertad de expresión del cronista. El primer párrafo del texto es bastante claro atacando las formas (no creo que ninguno de los firmantes trate de imponer lo que tiene que gustar y lo que no).
Cuando un profesional de prensa, cuyo instrumento principal es la palabra, recurre al insulto para expresar su opinión: ¿dónde queda la profesionalidad? El uso de determinados giros y vocablos en una charla privada no pide justificación, pero en un medio público ¡clama al cielo!
La crítica en cuestión se remite hecho de dedicar un artículo cinematográfico al asesoramiento distributivo y no al filme, como tú mismo señalas.
No creo que sea baladí señalar la falta de profesionalidad de este articulista, entre otros (como también reza el texto), cuando pretende cubrir varios campos profesionales desde el suyo mal realizado.

Emurion dijo...

Seguramente mi problema es que estoy acostumbrado a las formas y el peculiar juego del cronista y en ningún momento me siento ofendido por ellas. Creía que pocas personas podían tomárselo en serio, pero veo que no es así, por lo que he tratado de dar con las citas exactas de las descalificaciones. No las he encontrado, pero sé que existen porque las he leído. No recuerdo si es para tanto.

Y es que repito que la intención me parece bien, sobre todo lo dicho en el último párrafo (aunque dudo que un distribuidor no ya pueda, sino deba verse influido por las opiniones de una persona), pero que más de cien personas se manifiesten, todas a una, en contra de algo poniendo en medio a un cronista con formas que ya conocen de sobra, me sigue pareciendo algo ridículo.

Letras de Cine dijo...

Emurion, antes que nada, ¿que es eso del "cine de autor"?

Después, lee entre líneas, o sólo un poco más allá de ellas. Te releo el texto. Te adelanto que se trata de un encadenado orgánico e indivisible que se va desgranando hasta llegar al párrafo final arborescente que reverdece con su revelación hasta la primera palabra del primer párrafo una vez asumido: una denuncia a un grupo empresarial con intereses en cine español nunca seleccionado en Venecia ni en Cannes. De ahí, muera Marco Müller.

Si te das cuenta en el primer párrafo se menciona al "crítico de turno". En esta ocasión le ha tocado la china a Boyero como recambio de Enric González porque en El País lo que les falta es simple y llanamente cultura y lecturas de cine a todos sus críticos excepto a Octavi Martí y Jordi Costa.
Siguiendo con el encadenado de razonamientos el texto hace una parada y fonda en el segundo párrafo para explicar el gravísimo Rubicón que cruzó Boyero. Es decir, sí, todos nos reímos mucho con él con ese casticismo anti intelectual (propio de numantinos que diría Roberto Cueto, como si hubiéramos estado sobrados de ellos en alguna momento de los últimos 200 años), pero su consejo explícito a las distribuidoras es de record mundial. De un descaro inaudito. En realidad no le hace falta explicitar tanto la advocación a esas empresas porque ya desde hace muchos años siguen el dictado de los críticos de los diarios durante los grandes festivales, les organizan pases exclusivos y les piden consejos sobre qué y qué no estrenar (esto es vox populi, y para qué criticar a los distribuidores, hay que atacar a la raíz, los críticos).

Finalmente, salvado el segundo párrafo, paréntesis necesario, la revelación. El texto no trata ni de Boyero, ni de Gozález, ni de Oti ni del becario de turno que les imita. Se trata - repito- de una denuncia a un imperio empresarial que, siguiendo a Godard opone "cultura" al "arte", desinformando y manipulando con una base rica en intereses económicos. La nueva censura, la económica.

Así que dejemos de hablar de Carlos Boyero señores, estamos refiriéndonos todos a otra cosa, él sólo es el vocero de turno y no tiene ninguna importancia.

Lo de llamar patéticos y ridículos a más de cien personas con nombres y apellidos que suscriben un discurso organizado, nada, que te deja en evidencia.

un abrazo

Alvaro Arroba

Detective Librero dijo...

Olé vuestros huevos toreros y ánimo, que os quedan muchos argumentos ad hóminem y apelaciones a la libertad de expresión que aguantar; índices de que habrá merecido la pena.

Emurion dijo...

Álvaro, tienes razón en algo, y es que debido a las reacciones que se han dado en algunos sitios de Internet por ambas partes, he confundido la denuncia principal con el ataque, de paso, al cronista. Lo extraño es que no hemos sido ni dos ni tres los que hemos sacado la misma primera impresión, y que vuestra postura queda mucho más clara en las sucesivas intervenciones que algunos de los firmantes habéis hecho.

Una vez clara la intención, como ya he dicho, me parece bien y la puedo apoyar, pero sigue sin gustarme la primera parte del texto. Es ese texto suscrito por nada menos que 120 personas lo que me parece, visto desde fuera de este mundillo, un acto algo ridículo. En ningún momento he dicho algo parecido de las personas que lo firmáis, que estáis en vuestro derecho de reclamar lo que os dé la gana, máxime cuando consideráis que es tan serio.

Seguramente mi problema sea que no conozco ese supuesto poder que tienen estos cronistas sobre los distribuidores, o es que me niego a creer que haya distribuidores así.

Un saludo.

Por cierto, utilicé la expresión "cine de autor" porque es la misma que habéis utilizado vosotros...

Anónimo dijo...

La deización de este tipo de críticos-estrella ha dado siempre mucho miedo. Acumulan poder (el que les da el medio que les apoya) y vanidad a un ritmo proporcional y desmedido. Se convierten en grandes monstruos que ni la propia industria puede ensombrecer. Eso sí, como el de todas las bolas de nieve, suelen tener un final triste. Recuérdese el de Hedda Hopper y Louela Parsons en Variety o el de Ramón de España en, precisamente, El País.

Anónimo dijo...

Me sumo a la protesta. Ni siquiera en el Perú -lo que ya es bastante decir- se ha llegado al nivel vergonzoso de Carlos Boyero. No creo en ninguna forma de censura,
pero Boyero ha llegado a extremos frente a los cuales no se puede
guardar silencio.

Isaac León Frías (Lima, Perú)

Anónimo dijo...

Enhorabuena por plasmar finalmente el sentimiento de tantos aficionados al cine.

Sin embargo, yo no tengo nada claro que Boyero responda a intereses empresariales; básicamente decía lo mismo cuando escribía para El Mundo.

Empero, sin poner en duda su honestidad y libertad para expresar sus opiniones (no así su mala educación y falta de profesionalidad), la homogeneización de la crítica española versión mainstream defendiendo a capa y espada -y de manera excluyente- un cine tremendamente convencional, está debilitando enormemente el ya pobre panorama en la exhibición del cine más arriesgado.

¡Cómo se echa de menos un Ángel Fernández Santos!

Muy recomendable el artículo aparecido en Tren de Sombras con motivo del Festival de Venecia de 2006, donde queda en evidencia la mala baba y falta de profesionalidad de estos sujetos: http://www.trendesombras.com/num6/art_venecia2006.asp

Anónimo dijo...

Aunque soy uno de los firmantes, no me había hecho ilusiones de que la cartita de marras sirviera para algo más que para confirmar lo previsto: que cualquier intento de razonamiento “razonable” acabaría engullido en un revoltijo de opiniones y contra opiniones personales siempre a mayor gloria de Dios y sus personas. Ese es el cambiazo: que hasta la más mínima protesta del sentido común frente al avasallamiento sistemático desde los Medios (unas veces con insultos, otras con olvido) hacia cualquier intento de devolver al cine una mirada diferente, inteligente, descubridora, que le libere algo de su principal función actual de entretenimiento y Formación de Masas de Individuos bajo el Régimen del Audiovisual, sería interpretada como un asunto particular, una comidilla más entre nombres propios de bandos contrarios. Todo el mundo habla de la carta, pero parece que muchos toman nota de lo más superficial o anecdótico y olvidan lo esencial que ella se dice. Si ya ni se sabe oír ni se sabe leer ¿cómo vamos a extrañarnos de que no se sepa ver?...Ya advertí a los remitentes del peligro de prestar demasiada atención al nombre del sermoneador de turno, cuando lo importante es quién pone el altavoz y el púlpito, qué Vaticano hay detrás...A quien sirve. Eso es lo importante. Claro que el periódico se hará el inexistente y si contesta, apelará -cómo no- a eso tan sagrado de la “Libertad de Expresión” (¡topicazo que mejor sería llamarle “Necesidad de Expresión” o “Condena a la Opinión” para no ofender a lo que todavía pudiera quedar de noble en la palabra libertad!) y así, tal como antiguamente hacían las Autoridades Eclesiásticas, colgará el cartelito del Nihil obstat (nada se opone) bendiciendo el discurso de su lenguaraz empleado. E incluso se permitirá argumentar que ya en otras ocasiones da espacio a las “películas difíciles”, aunque sólo sea como detalle redentor, como se recordaba en la carta. Porque ¿en qué proporción ridícula se suele apoyar desde esos poderosos Medios una película frágil e inteligente, (que de verdad despierte a la gente), en comparación con los cientos de películas mediocres y eventos propagandísticos que desde ellos se aplauden y promocionan y que sirven no más para entretener y conformar al público? . La cosa se explica por sí misma: hoy día un periódico de Poder no es sólo un diario, esa es la punta más visible del iceberg (la más necesaria porque es la que aceita el motor y juega con las varias cartas que pida el juego), pero luego es muchas más cosas, ni se sabe: publicidades, editoriales, productoras de cine, televisiones, distribuidoras.., en fin dinerito en sus diferentes formas, en todas las caras de Dios..;y si eso es así, y esa es la realidad... cada muñeco que atienda a su juego para que todo encaje felizmente. Pero al menos, ¡ay! que no nos duelan prendas de verlo con claridad, siempre es bueno un mirar desengañado: que eso tan sagrado de la Cultura y las Artes se amasa con la misma m. Y si a eso de la Cultura y las Artes (parece que Ellos deciden lo que es) hay que llamarles por su verdadero nombre, pues se llama y caiga quien caiga.
Nanook el Esquimal

Anónimo dijo...

SUGIERO QUE PARA QUE NO SE QUEDE SIN EMPLEO EL TAL BOYERO LO MANTENGAN DE CRONISTA DE LOS OSCARES. EN REALIDAD SOLO HAY QUE PEDIRLE AL PAIS QUE COMO PERIODICO SERIO QUE ES, MANDE REPORTEROS ESPECIALISTAS A INFORMAR U OPINAR: EN ZONA DE CONFLICTOS ARMADOS, A PERIODISTAS DE GUERRA. EN EL AREA DE CINE, A GENTE QUE AME EL CINE. EN ESPECTACULOS Y COMEDIA, A PAPARAZZI Y PAYASOS

Anónimo dijo...

QUALSEVOL NIT POT SORTIR EL SOL
(letra de la canción de Jaume Sisa, escrita en 1975)

Fa una nit clara i tranquil.la, hi ha la lluna que fa llum,
els convidats van arribant i van omplint tota la casa
de colors i de perfums.
Heus aquí a Blancaneus, en Pulgarcito, els tres porquets,
el gos Snoopy i el seu secretari Emili, i en Simbad,
l'Ali-baba i en Gullivert.

Oh, benvinguts, passeu passeu, de les tristors en farem fum.
A casa meva és casa vostra si que hi ha cases d'algú.

Hola Jaimito, i doña Urraca, en Carpanta, i Barba-azul,
Frankenstein, i l'home-llop, el compte Dràcula, i Tarzan,
la mona Chita i Peter Pan.
La senyoreta Marieta de l'ull viu ve amb un soldat,
els Reis d'Orient, Papa Noël, el pato Donald i en Pasqual,
la Pepa maca i Superman.

Oh, benvinguts, passeu passeu, de les tristors en farem fum.
A casa meva és casa vostra si que hi ha cases d'algú.

Bona nit senyor King Kong, senyor Asterix i en Taxi-Key,
Roberto Alcazar i Pedrín, l'home del sac, i en Patufet,
senyor Charlot, senyor Obelix.
En Pinotxo ve amb la Monyos agafada del bracet,
hi ha la dona que ven globus, la família Ulises,
i el Capitán Trueno en patinet.

Oh, benvinguts, passeu passeu, de les tristors en farem fum.
A casa meva és casa vostra si que hi ha cases d'algú.

A les dotze han arribat la fada bona i ventafocs,
en Tom i Jerry, la bruixa Calixta, Bambi i Moby Dick,
i l'emperadriu Sissi.
I Mortadelo, i Filemón, i Guillem Brown, i Guillem Tell,
la caputxeta vermelleta, el llop ferotge, i el caganer,
en Cocoliso i en Popeye.

Oh, benvinguts, passeu passeu, ara ja no falta ningú,
o potser sí, ja me n'adono que tan sols hi faltes tu.
També pots venir si vols, t'esperem, hi ha lloc per tots.
El temps no conta, ni l'espai, qualsevol nit pot sortir el sol.

Anónimo dijo...

No es por personalizar en Boyero, pero es el ejemplo perfecto de lo que no tiene que ser la crítica, porque, ejém, puede irse cabreado de la sala, puede ser muy personal en sus juicios, todo eso está permitido, pero lo que no se le debe permitir a un "profesional", a cualquiera digo, es basar sus artículos en el vago "me aburro" cual Homer de los Simpson.

Más aún, lo que tendría que saber es ser Genre Savvy que dicen los ingleses, y darse cuenta (personalizo por virtud del argumento, pero esto es aplicable a muchos) del estilo de lo que esta viendo, porque al igual que no es posible criticar un cuadro de Picasso/Braque de tiempos del cubismo analítico, diciendo que no se parece al modelo, un objetivo que los artistas no tenían, así por ejemplo no es posible aplicar los presupuestos del cine clásico a la última de Kiarostami, que por lo que me ha llegado es eso, un experimento, y además un experimento del que ya había precedentes (recuerdo vagamente hace unos años a alguien rodando a un espectador mientras veía la Pasión de Juana de Arco de Dreyer).

Anónimo dijo...

Sólo recordaros que a Boyero le ha fichado Prisa como superestrella
de la crítica para que haga lo que está haciendo: todo lo que no da dinero,
lo que no es negocio, lo que se hace no con voluntad de enriquecerse, sino
impulsado por otros valores, todo eso, es "malo", debe combatirse y ser
aniquilado. No sólo Prisa, claro, todos los medios están por eso que llaman
neoliberalismo. Uno de los problemas más graves del planeta es la situación
de todos los medios punteros en el mundo entero. La libertad de opinión ha
quedado relegada a tu salita de estar. Protestar ante Prisa es un poco
ofrecerles materia para que se meen de risa a costa nuestra, tontos del culo
que no pasamos por el aro y renunciamos estúpidamente a las migajas del
banquete del Imperio Epulón, su democracia, su cultura, su cine. Pero sea:
antes mostrar mi solidaridad con lo que vosotros (nosotros) representáis que
llamarse andana por un quítame allá esas pajas.

Anónimo dijo...

Estoy plenamente de acuerdo con la carta y la iniciativa.

Sin embargo, tengo una duda: ¿cómo es que firma Jean Michel Frodon, director del Cahiers francés, y no el director del Cahiers español?

Es extraño que no la firme, habida cuenta de que buena parte de su equipo aparece en la lista.

Es sólo una duda que se me acaba de plantear al repasar el listado de los firmantes.

Por lo demás, todo mi apoyo y solidaridad.

Anónimo dijo...

Hoy, en el chat de El País:

"Buenos días. En El País del sábado pasado hubo una carta al director donde se le criticaba con dureza. Se decía que tachaba de cursis, etc., a quien no estaba de acuerdo con usted (en concreto era sobre las películas menos conocidas o más "experimentales") y, en suma, que el periódico debía aclarar su posición "oficial", por si fuera diferente de la de su crítico ¿qué piensa de esto? ¿le han echado alguna bronca? Gracias.

¿Se refiere usted a la conjura de los necios? Le he dedicado escasos minutos a la famosa carta. Entre otras cosas porque la personalidad del 95% de los firmantes, según ellos pertenecientes al ámbito cinematográfico, me resulta absolutamente desconocida. Y los que me suenan solo me inspiran esa sensación tan poco cristiana del desprecio. Durante toda mi vida profesional he tenido multitud de enemigos, pero al menos, sabía quienes eran y a que se dedicaban. Cuánto esfuerzo el de Víctor Erice, ese juglar de los membrillos, y de José Luis Guerín, uno que fotografía durante dos horas la ciudad de Estrasburgo y se empeña, inútilmente, en que eso es una película artística, para convocar a sus ortodoxos mariachis. Me siento como Gulliver en el país de los enanos."

Disculpen que no linkee aquí el contenido de la sección El Acento de El País de hoy, pero mantiene una curiosa relación con este fragmento del chat. Uno se forma toda una idea de lo que se da en llamar línea editorial.

Alfredo Garmendia dijo...

Es curioso que se sienta como había indicado Oti, otro que tal por lo que veo, en su blog, con su entrada directamente insultante hacia los firmantes.

Anónimo dijo...

Esto se veía venir desde hace tiempo. Ya en ¿junio o julio? pasado en la edición francesa de cahiers, se "tocaba" este tema en una entrevista a la cúpula directiva de la edición española.
Creo que, algunos, no han digerido bien que el enorme hueco dejado por Ángel F. Santos en El País, no lo haya ocupado el otro F. y si Boyero. De todas formas os digo que podeis leer a F. en El Cultural de El Mundo y en Cahiers España; nadie os-me obliga a engordar "la vaca prisaica aka imperio del monopolio".

Un saludo de un "fundamentalista de Erice" que espera poder ver La Mort Rouge en algún sitio, al menos el emule.

Anónimo dijo...

Eso F. Heredero, ¿por qué no firmas?. No te escudes en los subalternos, echa la pata alante, valor y al toro.

Anónimo dijo...

¿Pero ustedes creen que los críticos tenemos tanta importancia? ¿Tanto poder? La crítica es un género de opinión y hay opinadores más o menos educados. Piénsenlo bien. Los importantes son ustedes, los creadores... Pero qué aburrido sería si no hubiera gente como nosotros, los bufones del reino, que tocara un poco las narices, ¿no creen?

Anónimo dijo...

Verdaderamente lamentable lo de la cartita de marras. Un grupito de gafapastas malcriados, que solo quieren que le regalen los oidos por sus creaciones que solo ven tres gatos. No comparto algunas críticas de Boyero, pero es la opinión personal de un Critico o Comentarista de Cine. Esta carta atufa a discursillo fascistoide de o me adulas o te callas. Lamentable ver como directores a los que he admirado como Victor Erice hayan caido tan bajo. Afortunadamente no todo el cine español es así.

PD Me parece lamentable que alguien como Carlos Reygadas, autor de basurillas intelectuales como Batalla en el Cielo, o una mala profesora como Chantal Maillard, critiquen el trabajo de otra persona.

Anónimo dijo...

Soy un amante del cine, digamos, de autor. Y también un aspirante a la dirección del cine. Mis cortometrajes, hasta la fecha, son experimentales y arriesgados. Imperfectos.

Y a pesar de todo ello, no me gusta nada lo que se dice en la carta, y la inciativa me parece un grandísimo error.

¿En qué estabais pensando?

¿Cuántos de los firmantes han visto la película de Kiarostami?

¿Cómo se puede juzgar la opinión de un crítico sobre una película que no habéis visto?

¿Irse a mitad de proyección de una pésima película americana también es una falta de respeto a los lectores?

En cuanto a Kiarostami, cineasta apreciable y que nos interesa a todos: ya a partir de "Five" se nos quería vender su propuesta como innovadora y creadora de formas nuevas. Pues bien, casi todas las técnicas que utiliza en dicha película ya se practicaban en el vídeo-arte durante los años 70.

Muchos de estos cineastas, simplemente, se acojen a fórmulas. A fórmulas minoritarias, claro, pero fórmulas al fin y al cabo.

Esto es extensible a otros cineastas contemporáneos: lo que muchas estan llevando a cabo no es más que una actualización de formas experimentales desarrolladas en el campo del vídeo-arte durante los años 70.

Por ejemplo, ¿cómo puede decirse que Jaime Rosales, cineasta a quien respeto, ha inventado la "polivisión", cuando es un recurso tan antiguo y evidentemente ya inventado? Claro que "La soledad" es una estupenda película. No hablamos de su calidad. Hablamos de la aureola crítica que pretende que la película sea algo que no alcanza ser: una obra puntera y rupturista. No lo es. Y en conjunto, es inferior a su anterior película, "Las horas del día".

Lo que intento decir es que algunos críticos defensores a ultranza de algunos de estos autores, y los mismos autores, viven en una especie de ensimismamiento.

Ensimismamiento de los que crean y de los que critican.

Por ese motivo, me parece muy bien que alguien diga: "no aguanto esta película, y me voy".

En muchas ocasiones no estoy de acuerdo con Boyero.

En muchas ocasiones no estoy de acuerdo con Heredero.

Y casi siempre estoy de acuerdo con Monterde, pues es de los pocos que se atreven a cuestionar el concepto contemporáneo de autoría.

La carta es un gran error, y es de una ingenuidad y corporativismo vergonzosos.

Cine de autor lo hay bueno y malo.

Hay que poder meterse con los autores consagrados.

Anónimo dijo...

Erice es desde algún tiempo íntimo amigo de Kiarostami.

Esto no es más que una campaña de defensa promovida por Erice, en favor de su amigo.

Anónimo dijo...

Da la impresión, por lo menos por algunos comentarios dejados aquí y por otros que he podido leer en foros y demás, que la carta no se ha entendido bien o no se quiere entender y se elige el camino más banal y superfluo del asunto.

Ni se trata de estar o no de acuerdo con Carlos Boyero ni otros de su misma cuerda, ni de la tan cacareada libertad de expresión (porque también estamos quien hemos firmado la carta en ejercer nuestra propia libertad de exprsión y decir lo que creamos conveniente), ni se trata que se salga de la proyección de una película, sea ésta la que sea, ni se trata de la defensa de un director por parte de otro.

Aquí se están cuestionando otras cosas y el sr. Boyero y sus diatribas, insultos y poses de hastío y todo lo demás, no son más que ejemplos que sirven para ilustrar el motivo que genera la carta.

¿Qué El País está en su derecho de llevar la política cultural, en este caso cinematográfica que quiera? Por supuesto, y quien firma esta carta, también estamos en nuestro derecho a cuestionarla y defender y defendernos de los ataques que se nos hace (y digo se nos hace, como simples espectadores o como cineastas o críticos o lo que sea).

Que se nos rien porque somos cuatro gatos, pues también, pero el objetivo creo que está cumplido: es evidente que nos hemos hecho oír, aunque se nos ignore.

Un saludo y adelante.

Anónimo dijo...

Tal y como se ha ido desarrollando la cosa, todo esto parece un re-enacting de la Guerra Civil: las dos Españas de nuevo enfrentadas, lo mesetario y lo cosmopolita, etc... Pero este lance local forma parte de una preocupación global: la revista inglesa Sight & Sound dedica su último número al tema de la crítica y en el blog de Roger Ebert hay una entrada que puede iluminar este debate: http://blogs.suntimes.com/ebert/

Es una pena que todo esto no haya servido para consolidar aquí un verdadero debate de altura sobre el papel de la crítica y su futuro. Otra vez será, cabe suponer.

Anónimo dijo...

Mi apoyo a Carlos Boyero. Un crítico al que es un placer leer.

Al coro de orquesta decirles que se busquen productora, a ver si hay suerte.

Como dijo Wilder sobre Godard: "no me extraña que sus productoras hayan quebrado".

Saludos y cine con xeito.

Oscar Cuervo dijo...

Leyendo todo este asunto desde Buenos Aires me asombra comprobar que, cambiando algunos nombres propios y circunstancias, todo el episodio Boyero se aplicaría fácilmente al comportamiento de medios y periodistas argentinos, lo que me lleva a convencerme de que lo que está en cuestión no es el tal Boyero ni tampoco la última película de Kiarostami, sino un embate global contra cualquier manifestación artística que se salga del formato hegemónico de los Blockbusters.

Apuesto que así como alguien ha dicho que en Lima pasa algo parecido, debe haber algún Boyero en muchas otras ciudades del mundo, abogando por impedir lisa y llanamente la posibilidad de que un cine que no sea el de las majors pueda encontrar sus espectadores.

En esto, los grandes medios no son inocentes: hay algo en el cine de Erice, Guerín, Alonso, Martel, Hou, Apichatpong, etc. que socava el tipo de consumo de imágenes que estos medios masivos promueven. Se ve que no les basta con atosigar las pantallas con Spielbergs, Lucas, Batmans, Narnias y Potters, sino que tienen que acorralar a toda mirada alternativa al modelo hegemónico. Parece que el consejo que le da Boyero a los distribuidores no fuera un exabrupto: no se trata de que una película de Kiarostami sea mejor o peor, lo que se proponen los Boyeros y los diarios del mundo que los emplean no es emitir su opinión sobre una obra, sino impedir que un cierto tipo de cine sea siquiera viable.

En Buenos Aires también existen los medios y periodistas cínicos que abominan de las películas de Lisandro Alonso y Lucrecia Martel, por ejemplo, con casi idénticas palabras a las que en España se usan para burlarse de Guerin y Erice; en Buenos Aires también estos bárbaros con poder usan la expresión "cine iraní" como sinónimo de "películas autistas que sólo le interesan a un puñado de intelectuales".

Así que no creo que se trate de un episodio aislado sino de voceros funcionales al mainstream, de un conservadurismo tan agresivo que hace pensar en la necesidad de oponerle algún tipo de resistencia que también atraviese las fronteras locales.

Anónimo dijo...

Pero vamos a ver... no soy un fan de Carlos Boyero, pero también creo que la labor de un crítico es analizar, de acuerdo, pero también eso está vinculado a que una película le guste o no. Si una película no te llama la atención, no tiene ningún sentido que la analice.

Luego está el aspecto "snob" de la carta (porque sí, señores, son unos esnobs). Si Boyero se mete con la calidad del festival de Venecia (por cierto, compartida casi unánimemente por toda la crítica, o sea, que no dice nada nuevo), y en particular con Kierostami (director que, y esto es mi opinión, vive del cuento de sus muy interesantes películas de la década pasada), pues es poco menos que un fascista. Sin embargo, si dijese lo mismo de "El caballero oscuro", de Christopher Nolan (película muy interesante pese a su condición de "blockbusters"), los mismos que ahora le zarandean (señor Losilla, le estoy señalando a usted) le llevarían a los altares.

El problema del cine español, y no nos engañemos, es que no hace películas de calidad que, además, en muchos casos, van de "cine de autor" (por lo tanto, el doble de infectas). El problema del cine español es que Víctor Erice cambió a "El sur" por "El sol del membrillo". El problema del cine español es que José Luis Guerín cambió "Los motivos de Berta" por "En la ciudad de Silvia". El problema del cine español es, en definitiva, que está lleno de pseudointelectuales sin talento que confunden la calidad con "su" calidad, el tedio con el genio, y la salida comercial con la prostitución.

En definitiva, echarle la culpa a "El pais" y a Boyero me parece, amén de totalitario, inútil. Lo que deberían hacer es mirarse un poco menos el ombligo y un poco más sus defecaciones.