martes, 16 de septiembre de 2008

Adhesiones del lunes 8 de septiembre

Ayer lunes, a la vuelta del fin de semana y del Festival de Toronto, nuevas incorporaciones a la lista de firmas. Lectores de "El País" como Luis Fernández Marcos, Raúl Lorite Morillas, foreros como Manuel Ribera Pérez, cineastas como Albert Serra, Andres Duque, Manuel Martín Cuenca, Gerardo Gormezano, Juan Villegas, Carlos Reygadas, Pedro Aguilera, o Amat Escalante, programadores como Javier Martín o José Luis Chacón, críticos como Ingrid Guardiola, Jean-Michel Frodon o Luciano Monteagudo, productores como Ramón Colom Esmatges o José María Lara, y profesores como Antonia del Rey, o Diego Grimaldi.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me parece curioso que se hable de "censura previa" leyendo las quejas de la carta.
Y que conste que Carlos Boyero no me place en absoluto, pero tiene algo bueno, a saber, no callarse cuando llega la hora de la verdad, que es cuando tiene que pronunciarse en una crítica.
La desfachatez de la carta consiste en implícitamente arrogarse la verdad absoluta, y desde esa postura ideológica y tan subjetiva como la que pueda tener el propio Boyero, pretender hacer creer que esa su postura (la del que la redactó y los firmantes) es la buena.
Pero me parece que aquí se nos olvida algo, que es que puede haber gente a la que una película del tal Kiarostami les pueda parecer un churro imponente, por mucho que Manuel de Oliveira la aplauda. Porque también es posible que haya gente a quien Manuel de Oliveira les parezca un plasta de padre y muy señor mío. ¿Desde que atalaya se atreve a insinuar alguien que por decir que tales señores son demasiado circunspectos -o lo que sea- hay distribuidores que pierden dinero?
Esto es sinceramente una tomadura de pelo, como si ahora la labor del crítico fuera justamente decir que tal película es buena porque, ojito, la ha rodado Kiarostami.
Pero ¿no es esto un argumento de autoridad intolerable?

Aquí no se trata de que Boyero se cisque en el cine iraní o en Lars Von Trier, sino que se trata de explicar por qué Boyero no puede considerar el movimiento Dogma -a modo de ejemplo- una grandísima cagarruta estética y una aberración artística, aún cuando supuestamente eso perjudicase la distribución de esas películas (aunque sospecho que Boyero no tiene tanta influencia en la gente).
Aquí lo que se trata es de explicar por qué hay que comulgar con esa dogmática...

Anónimo dijo...

Existen varios principios que guían la labor del periodista, el principal de los cuales es el respeto por la verdad, el rigor en la búsqueda de la información fidedigna y verificable.
"Los hechos son sagrados,las ideas libres" ¿que crítica hubiese escrito de ver levantar al público, para aplaudir, al final de la proyección ? simplemente le hubiese mostrado el hecho de que existen otras cíticas.
Y a usted, anónimo, sepa que el nombre de un artista adorado es suficiente para llevarte a descubrir su nueva obra.

Anónimo dijo...

a mí el nombre de un artista adorado sólo me provoca sospecha (de ahí mi alergia a los argumentos de autoridad)
"por sus hechos les conocereis", como dijo aquel que se hizo carne...

por cierto, esto de que las ideas son libres pues no lo veo yo muy claro; aquí de hecho tenemos el ejemplo de que suelen ser sesgadas, precisamente porque a nadie le importa eso de "el respeto por la verdad", que usted, estimado caballero, atribuye al código deontológico del periodista.
Aquí sólo veo ideología, aunque no política, sino ideología "cinéfila" por decirlo de alguna manera.
Estos señores de la cartita de marras defienden la suya frente al señoritingo Boyero (un personaje del que normalmente diría cosas no muy buenas) que tiene otra idea de lo que es el cine, o al menos de lo que él cree lo que es una buena película.

Pues eso, riñas gremiales entre estas gentes del séptimo arte


fdo. el anónimo de arriba que sigue con curiosidad etológica estas discusiones un tanto bizantinas